EL ARTE Y LA CONCIENCIA

Por Sunia Santisteban

"En el arte como en el amor la ternura es lo que da la fuerza."
Oscar Wilde.

El arte se erige como reflejo de la conciencia. Permite canalizar y expresar nuestros sentimientos, criterios, pensamientos, sensaciones, historias y costumbres. Precisar qué es conciencia no es fácil. La definición psicológica indica que es: “la capacidad de valorar el presente.” (1). Otros textos aseveran que “constituye el conocimiento que un ser tiene de sí mismo y de su entorno, se refiere a la moral o bien a la recepción normal de los estímulos del interior y el exterior”. (2)
   La filosofía, por su parte, dice que “es la facultad de decidir y hacerse sujeto, es decir, actor de sus actos y responsable de las consecuencias que de ellos se siguen, según la percepción del bien y del mal”. (3)
   Pero, sea cual fuere la definición, la conciencia es individualidad y espiritualidad, es también ética y estética. Los recursos sonoros, lingüísticos y plásticos devienen indispensables compañeros en la forma de expresar la realidad de una persona o de un conjunto de individuos.
   Gracias a la ciencia se ha podido medir la cantidad de nuestras neuronas (unos cien mil millones) sus impulsos eléctricos, la química que rodea sus conexiones -denominada sinapsis- sin embargo, no es posible medir la conciencia humana.
   Al igual que no existe una definición única de Conciencia, tampoco contamos con una sola para Arte. Lo cierto es, que de muchas maneras, van de la mano.
   La evolución de ambos conceptos se puede observar a través del la historia   desde las pinturas y gráficos de la Cueva de Altamira, en España, o las de Lascaux o Chauvet-Pont-d'Arc, en Francia, hasta el video arte, el arte digital o el media art.
   En el mundo griego se asociaba el arte a las habilidades y destrezas (manuales o mentales). En la Edad Media se hizo una distinción entre artes liberales y mecánicas.   
   El Renacimiento dio origen al concepto de Bellas Artes: pintura, escultura, arquitectura, poesía, música y danza, más o menos como lo conocemos hoy día. (4)
   A través de las manifestaciones artísticas, el ser humano pretende comprender el universo que habita y que desarrolla, valorarlo e interpretarlo.
   Analizar y entender una obra de arte constituye un desafío. Abre paso a un proceso reflexivo que puede ser tan extenso o intenso como la conciencia de quien la admire. Es todo un ejercicio de aprendizaje.
   Leonardo, Miguel Ángel, Van Gogh, Modigliani, o Picasso, en la pintura y la escultura. Bach, Mozart y Beethoven, en la música. Cervantes, Dumas, Tolkien o Kafka, se erigen como ejemplos de arte, historia, época y conciencia.
Desde los primeros momentos de la Humanidad, el arte se fusiona con la sociedad y establece un intercambio o diálogo con la problemática del hombre como individuo. 
  La Historia del Arte esta plena de imágenes que no son más que el reflejo de nuestras experiencias, de ahí la estrecha relación arte-política-conciencia, elementos esenciales en la formación de una saber crítico y responsable.
 El examen científico de la conciencia, que estaba ya contenido en las ideas de John Locke (pensador inglés considerado el padre del empirismo y del liberalismo moderno) y Gottfried Wilhelm Leibniz (filósofo, lógico, matemático, jurista, bibliotecario y político alemán), comenzó a desarrollarse en el siglo XIX. (5)  
   Otro filósofo nacido en el entonces Reino de Prusia, Karl Marx, llevó al plano político su idea de conciencia referida  a las clases sociales, que le permitía al hombre reconocerse como miembro de un cierto grupo dentro de la sociedad con el que mantenía intereses comunes, y a los que se une para luchar en conjunto, reivindicando sus derechos. (6)
  Por su parte, el fisiólogo, psicólogo y filósofo estructuralista alemán, Wilhelm Maximilian Wundt, desarrolló el primer laboratorio de psicología (en Leipzig), disciplina que alcanzó, gracias a ello, la categoría de ciencia. Su teoría logró, por medio de la instauración de un paralelismo psicofísico, llevar indirectamente la conciencia al laboratorio experimental y, de este modo, incluirla como objeto de estudio. (7)
  En resumen, la conciencia es como observar una obra abstracta, a la que cada persona otorga un valor determinado, según sus creencias y percepciones. Desde el momento en que se expresa y se plasma, se convierte en arte infinito.

                                                                 

Bibliografía

- Cómo evolucionaron los humanos. Boyd, R. y Silk, J. B. Norton, Nueva
  York. (2000)
- Filmer R. y Locke, J., La polémica Filmer-Locke sobre la obediencia
  política, ed. Estudio preliminar de Rafael Gambra, trad. Carmela
 Guitierrez de Gambra, ed. Clásicos Políticos, Madrid, Instituto de Estudios
 Políticos, 1966.
- La Ideologia alemanya (2 volums); Karl Marx, Friedrich Engels ; traducció a
  cura de Jordi Moners i Sinyol. Barcelona : Laia, 1987.
- Penrose, Roger, Las sombras de la mente: hacia una compresión científica
  de la consciencia, Editorial Crítica, 1996, ISBN 84-7423-771-8.

Bibliografía Digital

-       www.institutodemer.es.
-       www.wikipedia.org.

Notas, citas y referencias

- (1) Cómo evolucionaron los humanos. Boyd, R. y Silk, J. B. Norton, Nueva York. (2000)
- (2) es.wikipedia.org
- (3) es.wikipedia.org
- (5) Filmer R. y Locke, J., La polémica Filmer-Locke sobre la obediencia
       política, ed. Estudio preliminar de Rafael Gambra, trad. Carmela
      Guitierrez de Gambra, ed. Clásicos Políticos, Madrid, Instituto de Estudios
      Políticos, 1966.
- (6) La Ideologia alemanya (2 volums); Karl Marx, Friedrich Engels ; traducció
       a cura de Jordi Moners i Sinyol. Barcelona : Laia, 1987.
- (7) La conciencia de la Historia de la Filosofía: una breve panorámica.
       www.institutodemer.es.
 

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